Por una vez, y para que sirva de precedente, nos batimos en duelo contra uno de los mejores y más experimentados pilotos de carreras de España: Andy Soucek. A sus 30 años ha pilotado de todo, hasta ha estado a los mandos de un Fórmula 1, pero creíamos que ya era hora de que se jugara los cuartos contra un SIN Riders y demostrara de que están hechos los campeones. Sobre la mesa: el honor y… una rondita de cervezas SIN a cuenta del perdedor. ¡El guante estaba echado!
Para semejante reto, nos desplazamos al circuito de Angel Burgueño en la zona norte de la Comunidad de Madrid. Hasta allí llegamos en una de las mayores bestias que surcan los siete mares de asfalto, el Bentley Continental GT, 507 caballos inmersos en un deportivo que reúne lo mejor de un coche de carreras y una berlina de uso diario. Se trata de la versión “light” del que usa Andy para competir. El GT3 es la versión de carreras y Andy es el único piloto español que compite con él.
Andy Soucek, una vida compitiendo
Andy Soucek nació en Madrid en 1985 y lleva compitiendo desde los 12 años. Ha cosechado una carrera profesional llena de éxitos que, en la actualidad, le ha llevado a ser fichado por Bentley para competir en las BlancPain Endurance Series a nivel internacional. Se trata de unas pruebas de resistencia en la que compiten equipos de tres pilotos. Andy asegura que es la competición más divertida y más exigente en la que ha participado, primero porque son muchas horas rodando a máxima concentración y eso requiere una preparación física esplendida y, segundo, porque sus enemigos son sus propios compañeros de equipo. Siempre tiene que intentar hacer mejores tiempos que ellos y eso le supone un nivel de estrés que solo los mejores saben administrar.
El duelo SIN Riders
Elegimos como armas para el duelo un par de karts de 125 centímetros de dos tiempos. Andy se confió en el último momento y aseguró que si le ganábamos nos cedía el contrato como piloto oficial de Bentley. Estaba claro, ¡había que darlo todo!
Como piloto oficial SIN Riders asumí el reto y, tras la salida, me coloqué en cabeza. El kart iba bien, el asfalto agarraba y empecé a bajar el tiempo por vuelta… ¡ay iluso de mi! Como el gato con el ratón, se divirtió un par de giros para sacar toda su maestría a la mitad y arrancarme las pegatinas en la recta de meta. Imposible seguirle, su pilotaje profesional y sus 30 kilos menos le llevaron a sacarme una media de segundo y medio por vuelta.
Era lo esperado, pero lo intentamos. Nos tocó pagar esas rondas de cervezas SIN mientras disfrutábamos contándonos historias sobre motores, gasolina, grandes pilotos y, sobre todo, de la campaña En la carretera, cerveza SIN. ¡Gracias por formar ya parte de ella, Andy!
