
Arranca 2016 y ya tenemos ganas de rodar en moto. Además, el calendario ayuda: estamos en el primer mes del año, una fecha mágica que todo motero de bien sabe qué significa: ¡¡PINGÜINOS!! Lamentablemente, ni este año ni el pasado se celebró, y no parece que vaya a volver después de 33 ediciones y tras haberse consolidado como la concentración invernal más importante de Europa. Sin embargo, los más nostálgicos nos cuentan que su espíritu se ha reencarnado en tierras segovianas, concretamente, en Cantalejo, donde han montado una concentración a la que han llamado La Leyenda Continúa, toda una declaración de intenciones que los SIN Riders hemos venido a conocer.
Como toda ruta invernal, el tiempo se presenta duro y se anuncian lluvias y viento. No obstante, no es nada a lo que no estemos acostumbrados. Quedamos con buenos amigos para hacer el viaje, nos pertrechamos con nuestros trajes de agua y salimos rumbo a la aventura. El león esta vez no ha sido tan fiero como lo pintaban y llegamos a la provincia de Segovia, sin mayores problemas climatológicos. Estas tierras castellanas son una gozada para rodar en moto, con curvas suaves y sinuosas que combinan las vistas infinitas de la meseta con la frondosidad de sus pinares. Así, llegamos desde el puerto de Somosierra, por Cerezos de Abajo, hasta Cantalejo.
No parece que sea su primera edición. Hay miles de motos por todos lados. Esto empieza bien. Al primero que nos encontramos nada más aparcar es a Mariano Parellada, fundador de Pingüinos y ahora unos de los principales responsables de La Leyenda Continúa. Mariano tiene una sonrisa de oreja a oreja, la gente está respondiendo y está disfrutando. En gran medida cree que esto es debido a la ubicación de la zona de acampada, que tiene unas instalaciones formidables y unos agradables pinares. Además, sobra la leña para las hogueras y la tierra ha filtrado perfectamente la lluvia de los últimos días sin dejar barro ni charcos. Por otro lado, el entusiasmo generalizado se debe a la experiencia en concentraciones invernales de quienes están tirando de este carro, que saben de las necesidades del motero mejor que nadie. Antes de irse, Mariano nos asegura que “quien es un pingüino, también es un SIN Rider”. “La moto es solo para hacer el camino, después se puede disfrutar de todo andando. En la carretera cero alcohol”, señala Mariano.
Un paseo por las hogueras nos lleva a conocer a gente llegada de todos los puntos de España y algunos del extranjero, como Rui Rizotta, que ha venido desde Lisboa con unos amigos portugueses. “Hemos hecho muchos amigos nada más llegar y ya estamos compartiendo comida y bebida en la hoguera”, nos comenta el portugués. Y es que el espíritu motero genuino se palpa y se siente en cada rincón de Cantalejo.
Otra de las grandes ventajas de este paraje es que estamos al lado del parque natural de las Hoces del Duratón, que cuenta con una gran oferta hotelera y gastronómica. Enclaves como el hotel rural boutique Posada del Duratón , donde paramos a tomar una cerveza SIN, que además, marida a la perfección con la principal joya gastronómica de este paraje: el lechazo asado. Un delicioso manjar que alegra el día a cualquiera.
Los más de tres mil inscritos rematamos la jornada entre conciertos y viejos conocidos que van apareciendo a cada paso. Así da gusto empezar el año. Y es que gracias a la existencia de La Leyenda Continúa, seguro que el año que viene volvemos a vernos.