Cuatro consejos fundamentales para conducir una moto bajo la lluvia

  •   18/12/2015
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Solemos ser reacios a coger la moto un día de lluvia, pero a veces no nos queda más remedio. Por este motivo, tanto si conduces por ciudad como por carretera, te recomendamos seguir los consejos de Juan Orduña, de la Escuela para la Conducción Segura de Motocicletas; y es que a veces no basta con apretar la maneta del freno cuando hay agua de por medio. Debemos tener en cuenta más factores si queremos garantizar nuestra verticalidad sobre la moto.

Empezamos por lo básico: la equipación. Del mismo modo que cuando llueve adecuamos nuestra indumentaria antes de salir de casa, al subirnos a la moto debemos tener la misma consideración. Por ejemplo,  podemos llevar una chaqueta impermeable y transpirable con protecciones en los hombros, los codos y la espalda que además cuente con  forros térmicos desmontables para poder protegernos del frio en los meses de invierno. Además, sería recomendable completar esta equipación con pantalones, botas y guantes que también sean impermeables.

Por otro lado,  es importante saber cómo preparar nuestra moto para un día de lluvia. Antes de nada, debemos comprobar el estado de los neumáticos: si están más desgastados de lo normal, tenemos que extremar la precaución ya que el dibujo no será capaz de proporcionar el mismo agarre al asfalto (y asegurarnos de que llevan  la presión indicada por el fabricante).

También debemos prestar atención a la amortiguación, pues en caso de poder regularla, sería conveniente ponerla más blanda de modo que nuestra moto adquiera una mayor capacidad de absorción.

No podemos olvidar el pilotaje, pues no se conduce del mismo modo una moto en seco que en mojado. Si lo hacemos con agua, es importante que dejemos más distancia con el coche que nos precede para así tener una mayor capacidad de reacción ante una frenada de emergencia. En este sentido, Juan considera “fundamental” asegurarnos de que nuestra moto lleve ABS, pues con este mecanismo el pilotaje cambia de manera radical.

Por último pero no menos importante: la frenada. Con esto, Juan es contundente: “si llevamos ABS la frenada de emergencia tiene que ser a fondo, tanto con el freno delantero como del trasero. También se debe apretar el embrague para evitar que la moto se cale, de modo que el sistema evitará que se nos cierre la dirección y nos vayamos al suelo”. No obstante, si la moto no lleva ABS, la frenada debe de ir acompañada de una reducción progresiva de marchas, con pequeños golpes de gas entre marcha y marcha para que la frenada sea más leve.

Siguiendo estos cuatro consejos, ni siquiera la lluvia podrá impedirnos  disfrutar con nuestros amigos de una cerveza SIN bien fría. ¡Nos vemos en la carretera!

 

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