
Hoy nuestro camino nos lleva hasta el paraíso de las motos, el Valhala de las dos ruedas, el Xanadú de los moteros: Los Pirineos, donde se encuentran posiblemente, las carreteras más bellas de toda España. Su naturaleza apabullante, sus majestuosas montañas y sus sinuosos trazados lo convierten en el escenario perfecto para disfrutar de la moto.
Y por si todo esto no fuera suficiente, hay otra excusa más: Artic Pirineos, una concentración única que permite conocer esta zona de una manera muy especial: “Este sitio es de los más bonitos que hay en España para montar en moto y yo creo que esta es la forma de que la gente se de cuenta, no solo haciéndole pasar por la carretera principal, sino metiéndole en los pueblos más perdidos y en las carreteras más retorcidas. Así es como lo ves” nos cuenta Emilio Serrano, fundador y director de Artic
Los participantes reciben un mapa en el punto de partida que les guiará hasta su destino. Allí tendrán que pasar una prueba de ingenio, habilidad y orientación. Al terminar se les entrega otro mapa con un nuevo destino, así hasta cuatro veces. Tienen todo el día para terminar el recorrido y, por cada prueba superada, ganarán unos puntos. El que más tenga al final del día, gana.
Hay dos modalidades, “Trail” que permite participar por pistas increíbles que llevan hasta el corazón de los Pirineos… o “Road” para ir por carretera como hicimos nosotros. Así descubrimos el alucinante Valle de Pineta, la sorprendente ruta taladrada en la roca camino al pueblo de Gistaín, el cañón y caída del puente de los pecadores, los estrechos recorridos de las calles empedradas de los pueblos pirenaicos o la espectacular cascada de Broto, en la que no nos quedó más remedio que darnos un refrescante chapuzón para quitarnos el calor del camino.
Al final del día nuestro pasaporte Artic tenía todos los sellos de las pruebas pasadas. Tiempo de pedirnos unas cervezas SIN bien frías para charlar con la gente y ver cómo les ha ido su aventura. “Muy bonito y el entorno es guapísimo”, “El paisaje y la gente ha sido lo mejor” son algunas de las impresiones más escuchadas.
Fran Rodríguez, presidente de Borealis, empresa que participa en la organización, nos dice que el éxito de esta segunda edición es “El trato familiar y la relación que hay entre todos los participantes, al final esto es como una familia.”
Al final, todos con una cerveza SIN en la mano acabamos brindando por la increíble experiencia que hemos pasado a la vez que hacemos la promesa de volver a vernos en Artic 2018.